Marcos Isamat

Marcos Isamat es biólogo por la Universidad de Edimburgo y Doctor en Genética Molecular por la Universidad de Cambridge. Hasta 2003 trabajó como investigador en instituciones científicas de prestigio, como el Medical Research Council de Cambridge, el Centre National de la Recherche Scientifique en Montpellier y París, y la Universidad Autónoma de Barcelona. Sin embargo, su trayectoria en el dibujo y la pintura comenzó antes de sus estudios científicos. Desde temprana edad, Isamat mostró su talento artístico: fue dibujante precoz, cartelista en teatro universitario e ilustrador en diversas publicaciones. En 1991 presentó su primera exposición, dedicada a los decadentes museos departamentales de la Universidad de Cambridge, en el Cambridge City Council. Su obra se ha exhibido en galerías y fundaciones de distintas ciudades españolas, como Madrid y Barcelona, así como en ferias internacionales de arte en Europa. Su producción artística abarca paisajes, retratos, objetos y naturaleza, de la que extrae patrones y simetrías inspirados en elementos como el trigo recién cortado, la pinaza de un pino o la textura de su corteza, situándose entre la figuración y la abstracción. Entre sus proyectos destaca la creación de las Meninas 3D en papel para el Museo del Prado, su colaboración como retratista en el documental de RTVE “Jaime Gil de Biedma: retrato de un poeta” y la ilustración de libros infantiles y para adultos en diversas editoriales. Marcos lleva más de 30 años trabajando con lápiz sobre papel. “Mis dibujos suelen ser la síntesis de algo observado con detalle: un objeto o paisaje visto durante mucho tiempo, lo suficiente para reimaginar sus dimensiones, texturas y movimientos, manteniendo la escala siempre que es posible y evitando adornos. Busco geometrías, simetrías, fugas o movimientos que definan el objeto, para ofrecer una visión serena y cercana. Es una forma personal de mirar lo cotidiano, evitando lo espectacular y buscando su esencia, la unidad mínima que lo identifica. Los diferentes tonos de gris que proporciona el lápiz son clave en esta búsqueda, pues el grafito sobre papel aporta justo lo que este reduccionismo necesita.” Isamat utiliza lápices que van desde 6B hasta 4H, y el resultado depende también de la porosidad y el grano del papel, que modula el grafito. Trabaja con papel de conservación o hecho a mano, combinando lápices duros y blandos para presionar el grafito en la celulosa y crear efectos de barniz. Los reflejos los intensifica borrando, dejando solo la memoria del grafito. Busca veladuras en negros profundos aplicando polvo de grafito obtenido al afilar el lápiz, logrando acabados que recuerdan la pizarra o el hierro. Reivindica el poder creativo del grafito en un mundo saturado de color.