Mientras las estanterías se sitúan en los perímetros para albergar los títulos dormidos desde hace años, el librero ofrece tener a la mano los últimos volúmenes, o los ahora más queridos. El librero ordena en la cercanía, invita a la lectura y ennoblece las obras.
Silo sabe acercar libros a la consulta inmediata. Su tamaño y transportabilidad modulan su presencia frente a cada necesidad, ya sea próximo a una butaca o una mesa de trabajo, ya sea uno solo o repetido, se coloca en el espacio sirviendo de apoyo en distintas circunstancias, del despacho al dormitorio.